Estudio: Lipedema y Obesidad

Vasos sanguíneos y linfáticos dilatados, angiogénesis, aumento de macrófagos e hipertrofia de adipocitos en piel y tejido graso del muslo con lipedema.

Sara AL-Ghadban, Walter Cromer, Marisol Allen, Christopher Ussery, Michael Badowski, David Harris, Karen L. Herbst

Primera publicación: 3 de marzo de 2019 https://doi.org/10.1155/2019/8747461

Citas: 84

¿Qué hace que el lipedema graso sea tan especial?

El 11% de las mujeres adultas en todo el mundo padecen lipedema. La enfermedad a menudo se malinterpreta o se confunde con la obesidad, aunque el tejido graso afectado difiere significativamente de la grasa corporal normal a nivel celular. Un nuevo estudio ha examinado con más detalle cómo se comporta la grasa del lipedema en mujeres delgadas y con sobrepeso y ha revelado resultados sorprendentes.


¿Qué se investigó?

Los científicos analizaron el tejido graso de mujeres afectadas por lipedema y lo compararon con el de mujeres no afectadas: un grupo delgado (no obeso) y otro con sobrepeso (obeso). Se presta especial atención a la estructura de las células grasas, la presencia de células inmunes y los cambios en los vasos sanguíneos y linfáticos en la zona afectada (normalmente el muslo).

Los hallazgos más importantes de un vistazo:


Células grasas agrandadas, incluso sin sobrepeso

En todos los pacientes con lipedema, independientemente del IMC, las células grasas estaban agrandadas (“hipertróficas”). Esta es una característica típica de la obesidad. Curiosamente, incluso las personas delgadas que padecen lipedema mostraron este cambio celular. Esto significa que el crecimiento anormal de grasa no se debe al exceso de peso, sino que representa un cambio patológico independiente.


Inflamación crónica en el tejido graso

Hay significativamente más células inmunes (macrófagos) en la grasa del lipedema que en el tejido graso sano. También se observaron las llamadas “estructuras en forma de corona” (CLS), una indicación de células grasas muertas rodeadas de células inmunes. Por lo general, sólo se encuentran en tejido graso alterado patológicamente (por ejemplo, en la obesidad).

Conclusión: La grasa del lipedema es una grasa “inflamatoria”, incluso en mujeres delgadas.


Aumento de la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis)

Se observó un aumento del número y dilatación de los capilares sanguíneos en la piel y el tejido subcutáneo de los afectados. Lo que fue especialmente sorprendente fue que estos vasos sanguíneos se extendían hasta las capas más superiores de la piel, un fenómeno que de otro modo solo se observa en ciertas inflamaciones de la piel como la psoriasis.

Conclusión: Estos cambios vasculares podrían explicar por qué muchos pacientes se quejan de dolor, sensibilidad y hematomas.


Los vasos linfáticos se modificaron, pero solo en personas con sobrepeso

Aunque los vasos sanguíneos se alteraron notablemente en todos los grupos de lipedema, los cambios en los vasos linfáticos ocurrieron solo en los pacientes con lipedema con sobrepeso. Los vasos linfáticos estaban agrandados, lo que indicaba un drenaje linfático deficiente y un riesgo de lipolinfedema posterior.


¿Qué significan estos resultados para la terapia?

El estudio proporciona evidencia sólida de que el lipedema no es un mero “trastorno de la distribución de la grasa”, sino más bien un proceso inflamatorio relacionado con los vasos sanguíneos que conduce al crecimiento patológico de la grasa, independientemente del peso corporal.


¿Por qué es esto importante? Muchos pacientes informan que ni las dietas ni el ejercicio cambian las áreas afectadas del cuerpo; sin embargo, a menudo les dan consejos para que pierdan peso. Esta investigación muestra que la grasa del lipedema tiene una base biológica diferente a la grasa normal.


Posibles causas del lipedema:
  • Capilares con fugas: los cambios en los vasos sanguíneos hacen que el líquido se filtre hacia el tejido y no se elimine adecuadamente.
  • Congestión linfática: especialmente en mujeres con sobrepeso, el drenaje de la linfa puede verse alterado.
  • Inflamación: El líquido desencadena reacciones inmunes que promueven el crecimiento de grasa y el dolor.
  • Fibrosis: El tejido se endurece debido a la inflamación crónica, lo que dificulta aún más la pérdida de peso.
  • Afectación nerviosa: El líquido y la inflamación que rodean los nervios podrían explicar el dolor que experimentan muchos pacientes.


¿Que puede ayudar?

El estudio destaca que las terapias futuras no sólo deben apuntar a la reducción de peso, sino:

  • mejorar la circulación sanguínea,
  • reducir la inflamación,
  • y apoyar el flujo linfático.


Esto incluye:

  • Drenaje linfático y compresión
  • Terapia de ejercicios (por ejemplo, aqua fitness, caminar)
  • Estrategias nutricionales para inhibir la inflamación
  • Liposucción
  • Si es necesario, medicación para apoyar el sistema vascular.


Conclusión:

El lipedema es una enfermedad grave con causas complejas que van mucho más allá de la mera acumulación de grasa. Los últimos hallazgos científicos nos ayudan a comprender mejor la enfermedad y brindan esperanza para nuevas formas de tratamiento específicas.